Según la directora de este estudio que publica la revista The American Journal of Medicine, Cornelia Ulrich, la clave está en el ejercicio moderado y regular, que puede suponer simplemente un paseo a ritmo ligero durante 30-45 minutos diarios.
En el lado contrario, otros estudios han revelado que un ejercicio excesivo e intenso puede mermar el sistema inmune y, de esta manera, incrementar el riesgo de catarro.En estudios realizados en poblaciones de maratonistas han mostrado que su inmunidad desciende tras la práctica del ejercicio extenuante de forma transitoria. Este descenso de su respuesta a las infecciones puede durar desde horas hasta días. ¿Cuál es la causa de esta bajada de inmunidad? Diferentes estudios han mostrado un estrés inmunológico transitorio puesto de manifiesto por diferentes hechos, como la reducción de la fagocitosis de neutrófilos nasales, la disminución actividad oxidativa de neutrófilos, el descenso del aclaramiento mucociliar, la reducción de la proliferación de linfocitos inducida por mitógenos y la reducción en la hipersensibilidad retardada, los incrementos en interleucinas pro y anti-inflamatorias, la reducción de la IgA secretoria y una bajada de citotóxica de células NK (natural killer). El periodo en que las células NK descendían se encontraba entre las dos y las 24 horas tras el esfuerzo.(de DMmedicina)
Ademas de reducir el riesgo de contagiarse de un resfrío, realizar ejercicio moderado incrementa este efecto protector con el tiempo. Así, comprobaron que la inmunidad fue superior en el último cuarto de año que duró el estudio. Y es que, mientras que al principio del estudio las participantes que no realizaban ejercicio mostraron dos veces más riesgo de resfriado, en la etapa final de la investigación mostraron hasta tres veces más propensión.
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