El estado bucal y sus consecuencias en el rendimiento deportivo



La salud física y bucal es primordial para el buen rendimiento de todo deportista. Está comprobado científicamente que muchas lesiones articulares y musculares son consecuencia de focos infecciosos dentarios y/o paradentarios.

En medicina se entiende por foco al centro principal de una enfermedad (generalmente infecciosa) a partir del cual se originan en zonas distantes eventuales alteraciones, provocando lo que se llama una sepsis (que significa contaminado, enfermo).
Esta diseminación tiene como vehículo la sangre, que provoca una verdadera "siembra" de microbios en todo el organismo.

En lo estrictamente odontológico se entiende por focos sépticos dentarios a aquellos que se localizan en los ápices de las raíces de los dientes y zonas vecinas causadas por caries llamadas penetrantes (o sea que pasan al nervio) y llegan a la raíz.
Además se encuentran las lesiones periodontales (o "piorrea") que afectan las encías y tejidos de soporte de los dientes.

En el deportista este concepto es de suma importancia porque la sangre los deposita selectivamente en músculos y articulaciones provocando desgarros crónicos, dolores articulares, lesiones tendinosas, etc.

Además, la ausencia de piezas dentarias trae otras consecuencias importantes a considerar: la digestión comienza en la boca, aquellos deportistas que le faltan piezas dentarias y no son remplazadas por medio de prótesis, no trituran bien el alimento, lo ingieren así, sometiendo al estómago a una función que no le es propia. Por lo tanto habrá mala nutrición y desventaja en la alta competencia.

Corolario: mala nutrición, salud deficiente, físico disminuído y desventaja en la competencia.

La medicina de hoy apunta a la prevención, la odontología también.

CUIDAR LA SALUD BUCAL DEBE SER PREMISA FUNDAMENTAL DE TODO DEPORTISTA.

La Ingestión de Proteínas + Carbohidratos durante la recuperacion del Ejercicio de Fondo, estimula la Síntesis de Proteínas en el Músculo Esquelético


Segun un estudio que acaba de publicarse en el Journal of Applied Physiology (Abril 2009), la coingestion de proteinas junto con carbohidratos tras la realizacion de un ejercicio de fondo estimula la síntesis proteica a nivel de músculo esquelético y mejora el balance proteico corporal total, en comparación con la ingestión sólo de carbohidratos.

El aporte nutricional durante los períodos de recuperación puede alterar de forma aguda las respuestas metabólicas al ejercicio y como consecuencia de ello, potencialmente pueden modificarse las adaptaciones musculares inducidas por el entrenamiento en el músculo esquelético.

En el número de Abril de 2009 de la revista Journal of Applied Physiology, Howarth y col. publican el estudio Coingestion of protein with carbohydrate during recovery from endurance exercise stimulates skeletal muscle protein synthesis in humans en el que concluyen que la inclusión de proteinas junto con carbohidratos en la dieta de recuperación tras un ejercicio de fondo, aumenta la síntesis proteica a nivel de músculo esquelético y mejora la recuperación de la fuerza muscular.

Sabido es que la actividad física intensa da lugar también a pequeñas alteraciones y microroturas en las fibras musculares, que tras el ejercicio deben ser subsanadas. Hasta ahora era conocido el aumento de la síntesis proteica ligado a la ingestión de proteinas tras ejercicios de alta intensidad, musculación,... pero en este estudio se llega a la misma conclusión tras la realización de un ejercicio de fondo en el que no existen contracciones excéntricas, con lo que el daño o sufrimiento muscular se supone mínimo.

Los autores que para la realización del estudio han utilizado aminoácidos marcados así como biopsias musculares, concluyen que la ingesta de proteinas junto con carbohidratos durante la recuperación tras un ejercicio de fondo, aumenta la síntesis proteica a nivel de músculo esquelético así como el balance neto de proteinas corporales.

El ejercicio físico mejora las habilidades cognitivas de los niños


Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, vuelve a poner de relevancia la importancia del ejercicio físico en los centros educativos. La investigación, realizada con niños de 9 años, demostró que éstos se concentraban mejor en tareas intelectuales tras una sesión de cinta de caminar que después de un rato de descanso. Ya se había demostrado en adultos y en personas mayores que el ejercicio físico aumenta las habilidades cognitivas, pero hasta ahora no se había constatado este efecto en niños. Los científicos apuntan a que estos resultados deberían ser considerados en la programación de las actividades de los escolares, especialmente, para aumentar el tiempo que los niños dedican a la gimnasia.



La actividad física aumenta la capacidad de atención de los estudiantes y, por tanto, mejora su rendimiento académico, señala un estudio realizado por científicos de la Universidad de Illinois illinois.edu/, en Estados Unidos.

Charles Hillman director del Laboratorio de Quinesiología Neurocognitiva de Illinois afirmó en un comunicado emitido por dicha universidad que “el objetivo de esta investigación ha sido comprobar si una sola sesión intensa de ejercicio moderado (caminar) podía tener beneficios para la función cognitiva. Esto se había investigado previamente con adultos y ancianos, pero nunca con niños. Y es una importante cuestión”.

Mediciones con electrodos

En las pruebas participaron un total de 20 niños (ocho niñas y 12 varones), de nueve años de edad. Todos fueron sometidos a series de tests de discriminación de estímulos, para evaluar su control inhibidor.

Uno de los días, los estudiantes hicieron estos tests tras un periodo de descanso de 20 minutos; y otro de los días los realizaron tras andar durante 20 minutos sobre una cinta para caminar.

Después de ambos periodos, a los participantes se les presentaron estímulos congruentes e incongruentes en una pantalla, y se les pidió que pulsaran un botón cuando vieran estímulos incongruentes.

A los niños se les colocó asimismo, en la cabeza, un dispositivo con electrodos, con los que se midió su actividad electroencefalográfica (la actividad bioeléctrica cerebral) mientras ellos realizaban estas pruebas.

Así, se descubrió que, después de andar durante un rato, los niños rendían mejor en las tareas de discriminación de estímulos. De hecho, señala Hillman “alcanzaron una tasa mayor de precisión, especialmente cuando los tests eran más difíciles”.

Mayor rendimiento en comprensión lectora

Además de este efecto en el comportamiento, los investigadores también constataron que hubo aumento de las señales neuroeléctricas relativas a la atención.

Según Hillman, los niños fueron más capaces de aplicar recursos de atención tras hacer ejercicio físico, y este efecto fue mayor en las condiciones más difíciles de las pruebas planteadas, sugiriendo que cuando el entorno es más “ruidoso” –ruido visual en este caso-, los niños son más capaces de atender selectivamente a los estímulos correctos, y de actuar en consecuencia.

Una segunda parte del experimento fue desarrollada con un test de logros académicos, en un intento de emular el aprendizaje real de los niños en clase. Esta prueba sirvió para medir el rendimiento de los pequeños en tres áreas: lectura, ortografía y matemáticas.

De nuevo, los resultados fueron los mismos: mejores rendimientos en los tests, tras el ejercicio físico que tras el descanso. La comprensión lectora fue la tarea que más beneficios obtuvo.

Hillman explica que no entiende del todo porqué la mejora del rendimiento de los niños en ortografía y matemáticas no fue tan espectacular tras el ejercicio como la de la lectura, pero sospecha que estos resultados podrían estar relacionados con el diseño del experimento: la prueba de comprensión lectora fue la primera que se realizó tras caminar por la cinta, por lo que, tal vez, pasó demasiado tiempo entre la gimnasia y el resto de las pruebas.

Mejora de las habilidades cognitivas a cualquier edad

Hillman y sus colaboradores han puesto ahora en marcha otro proyecto en que se pondrá a prueba otra forma de hacer ejercicio más extendida entre los niños que la cinta de caminar: el videojuego Wii Fit, que es un ejemplo de juego y ejercicio físico a la vez, para obtener resultados aún más realistas.

De cualquier forma, los investigadores señalan que los datos ya obtenidos deberían tenerse en cuenta a la hora de hacer cambios útiles en las programaciones escolares. Modificaciones sencillas de integrar podrían tener un efecto muy positivo en el rendimiento de los alumnos, señalan.

Por ejemplo, recomiendan que la asignatura de educación física cuente con 150 minutos por semana en el nivel elemental, y con 225 minutos semanales en secundaria, y que se anime a los profesores a integrar la actividad física en la enseñanza.

Esta investigación, explicada por extenso en la revista Neuroscience, coincide en parte con los resultados obtenidos en otro estudio realizado recientemente por investigadores de la Universidad de Illinois y de la Universidad de Pittsburg, en el que se descubrió que el ejercicio físico también tiene efectos positivos en las habilidades cognitivas, en este caso de las personas mayores.

Gracias a dicha investigación se supo que los ancianos que están físicamente en forma tienden a tener más grande el hipocampo y una memoria espacial mejor que aquellas personas que no están en forma.

El hipocampo es una parte del cerebro situada en el lóbulo temporal, que forma una parte del sistema límbico y participa en la memoria y en la orientación espacial. Según el estudio realizado por los científicos, el tamaño del hipocampo en las personas mayores en buena forma física explicaría el 40% de su ventaja en memoria espacial con respecto a otras personas.

extraido de http://www.tendencias21.net/